ויאמר ה´ אל משה ראיתי את העם הזה והנה עם קשה עורף הוא (ל”ד)
Y Hashem le dijo a Moshe: “He visto a esta nación y es una nación de קשה עורף (terco).”
El Seforno explica que, dado que el pueblo de Israel tenía la característica de קשה עורף, nunca escucharían a nadie que quisiera enseñarles el camino que debían seguir, y por lo tanto, no había esperanza de que hicieran arrepentimiento (teshuvá).
Aquí podemos plantear la pregunta: Ciertamente el Ribono shel Olam evaluó la posibilidad de hacer teshuvá con conocimiento completo de quiénes eran el pueblo de Israel y total precisión con respecto a su capacidad para arrepentirse de sus acciones y cambiar sus caminos, entonces, ¿cómo sucedió que en realidad hicieron teshuvá? Si según su tipo de personalidad no estaban hechos para escuchar a ningún líder, ¿de dónde vino su teshuvá?
Un judío tiene una voz dentro de sí que siempre habla la verdad pura. No importa dónde esté ni cuáles sean sus circunstancias, esa voz nunca se perderá. Pero esto no garantiza que esa voz interior siempre será escuchada. El desafío más fundamental que tiene un judío en su vida es tener conciencia del mensaje puro que proviene de su ser interior, y no permitir que el “ruido” del mundo ahogue la voz de la verdad que emana de su esencia y haga que no se escuche.
Ningún líder o maestro tiene la capacidad de hacer que un judío escuche esa voz, si no está interesado en escucharla. Somos un pueblo de קשה עורף y no nos dejamos influenciar por el líder más grande, mientras nosotros mismos no hayamos vuelto hacia nuestro verdadero yo interior. Esto es lo que el Ribono shel Olam le dijo a Moshe Rabenu: “Tienen la característica de dura cerviz, y nunca serán cambiados ni por el más elocuente y apasionado de los maestros.”
Pero esto no significa que no haya esperanza. Cuando המן הרשע recibió el anillo de Ajashverosh, el pueblo de Israel se dio cuenta por sí mismo de que era el momento de mirar hacia adentro y encontrarse a sí mismos. No estaban escuchando a un maestro que los conmoviera con palabras poderosas, sino que finalmente se estaban escuchando a sí mismos.
Cuando esto sucedió, la característica de קשה עורף comenzó a trabajar a su favor. Llegaron a entender que no hay amor que un judío sienta como el amor por la Torá. Aceptaron la Torá por amor, y, como el pueblo de קשה עורף, no la abandonarán para siempre.