לא איש קל ויכזב (כ”ג י”ט)
Hashem no es una persona para que diga falsedad.
Las palabras que בלעם dijo fueron puestas en su boca por el Ribono shel Olam, y nos relacionamos con ellas como con otras palabras de נבואה. Con esto en mente, podemos preguntar: ¿Qué nos viene a enseñar la Torá al decir que Hashem no es una persona? ¿Quién cometería el error de pensar que Él lo es y que necesita una profecía para decirnos que no lo es?

Relacionarse con Hashem es un desafío único porque estamos construyendo una conexión personal con una Entidad que no tiene comparación. Aprendemos a relacionarnos con nuestros semejantes a través de la experiencia con distintos tipos de personas y cómo funciona nuestra conexión con cada una de ellas. De nuestros encuentros con diversas personalidades, aprendemos a entender al prójimo y a construir una relación profunda con él.

Sin embargo, en lo que respecta a nuestra relación con el Bore Olam, no tenemos con qué compararlo que nos sirva de guía para conectarnos con Él. En resumen: Hashem es único y el proyecto de relacionarse con Él también lo es. Si esto no lo tenemos claro, podríamos cometer errores muy dañinos, jas veshalom.

Este es el mensaje de la נבואה que el Ribono shel Olam nos envió a través de בלעם: לא איש קל ויכזב – Hashem no es una persona que, jas veshalom, sea infiel a Su palabra. La Torá nos alerta sobre el peligro de dejar que nuestras expectativas hacia Hashem se moldeen, incluso inconscientemente, según nuestras expectativas hacia un ser humano, lehavdil. Estamos acostumbrados a que las personas piensen de una manera y luego cambien de opinión, ya que los seres humanos están influenciados por sus situaciones y experiencias, y no siempre piensan de la misma forma. Hashem, en cambio, está por encima de todas las situaciones y circunstancias, y podemos esperar de Él una constancia que nadie más puede alcanzar לא איש קל ויכזב.

Relacionarse con Hashem es un gran regalo que se nos ha concedido, pero al mismo tiempo, un gran desafío. Tenemos que hacer el esfuerzo de captar, en la medida de lo posible, a quién nos estamos dirigiendo, y superar nuestras normas generales de cómo nos relacionamos con alguien para entrar en el mundo único del Ser que no tiene comparación. Entonces estaremos construyendo una conexión, en la medida que sea posible, entre el verdadero nosotros y, כביכול el verdadero Él.