‘ואתנפל לפני ה’ כראשונה ארבעים יום וארבעים לילה לחם לא אכלתי ומים לא שתיתי כו
Y me postré delante de Hashem como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, pan no comí y agua no tomé.
Esta era la segunda vez que Moshe Rabenu pasó un periodo de cuarenta días en הר סיני, sin embargo, esta vez era para un propósito muy diferente que la primera vez. Mientras que en la primera vez el propósito era para estudiar toda la Torá completamente, esta vez era para hacer תפילה por Klal Israel que se salven de las duras consecuencias del חטא que cometieron al hacer el עגל. Pero Moshe compara la intensidad de los segundos cuarenta días con los primeros. En las dos veces él se entregó tan profundamente a lo que estaba haciendo que no podía hacer ninguna interrupción ni para satisfacer sus necesidades tan básicas como comer o beber.
Sin embargo, hay algo aquí que necesita ser analizado. En el caso de los primeros cuarenta días, cuando la tarea de Moshe Rabenu era la de estudiar toda la Torá, podemos fácilmente entender que lograr esto constituía algo fuera de las capacidades humanas y, por lo tanto, Moshe debía de hacer su máximo esfuerzo de no hacer ninguna interrupción durante este tiempo ni para comer ni para beber. Sin embargo, en la segunda vez, cuando Mosher estaba pidiéndole al Ribono shel Olam que perdone al Klal Israel por haber hecho el עגל, nos parecería que unas horas diarias dedicadas al rezo serían suficientes, así que ¿por qué Moshe necesito cuarenta días y cuarenta noches sin ninguna interrupción para llevar a cabo esta tarea? De esto podemos entender algo fundamental acerca de la תפילה. La תפילה no solamente significa el expresar nuestras peticiones al Ribono shel Olam. Si no que es un proceso continuo de conectar nuestros pensamientos y emociones con Hashem Itbaraj, y mientras más profunda sea esta conexión, nuestra תפילה se vuelve más poderosa.
El חזון איש constató acerca de sí mismo de que el esfuerzo que invirtió en su תפילה no fue menos que el esfuerzo que dedicó a su estudio. Por más que esto suene difícil de imaginar, el חזון איש lo dijo y, por lo tanto, podemos estar seguros de que es verdad. De esta misma forma podemos entender que en estos segundos cuarenta días משה רבינו tuvo que invertir en su תפילה el mismo esfuerzo sobrehumano que invirtió en los primeros cuarenta días para estudiar toda la Torá.
Hoy en día no tenemos el בית המקדש y nuestra עבודה hacia Hashem es la עבודה שבלב – con nuestros corazones, la tefilá. Es importante que nos demos cuenta qué tan diferente nuestra תפילה puede ser si invertimos en ella un fuerte esfuerzo. Hagamos este esfuerzo para que nuestras תפילות sean aceptadas en el שמים y pronto veamos la גאולה שלמה – Amén